Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas. (M. L. K.)

lunes, 16 de abril de 2012


Hoy en día y desde hace mucho tiempo lxs seres humanxs optaron y no tuvieron peor idea que experimentar en animales no humanxs… mostrando de esta manera su lado mas frío, ladino e insensible. Obviamente usando en contra de su voluntad miles de seres, causándoles torturas inimaginables, haciéndoles padecer el peor de los infiernos, encontrando alivio solo en la muerte. Esta práctica es completamente innecesaria, e incoherente, ya que existen alternativas más viables y mejores, siendo la experimentación un rasgo humanx que nos muestra lo primitiva que es la evolución humana.

Esta práctica se encuentra en todo el mundo, actualmente en argentina se experimenta mucho con animales no humanxs. Un ejemplo son los centros de zoonosis, a los cuales acuden los laboratorios y otrxs experimentadores asesinxs para retirar individuos y experimentar con ellxs, accediendo los centros de zoonosis a este pedido.

En el bioterio de algunas facultades de argentina tal como la de agronomía o ciencias veterinarias, donde se dan cursos de experimentación con animales de laboratorio, se practica esta atrocidad y es increíble que hoy en día seamos cómplices de tal hecho permitiéndolo, y permitiendo que sea este algo común dentro de la sociedad, por eso queda en nosotrxs mostrar nuestro repudio a tales aberrantes prácticas.
Algunos de los animales no humanos utilizados son secuestrados de su hábitat (como primates, reptiles…), transportados (solo el 10% llegan vivos). Otrxs proceden de criaderos (ratas, ratones…) o de perreras (perros, gatos…).
Los animales no humanos más utilizados son:
Ratas, ratones, cobayas, hamsters, conejos
Primates (babuinos, chimpancés…)
Perros (especialmente beagles), gatos y caballos
Ovejas y cerdos
Anfibios y peces también son cada vez más utilizados para la investigación.
 
Todos estos animales no humanos son utilizados como “sujetos” de experimentación porque supuestamente:
- Tienen respuestas similares a los animales humanos hacia muchos tipos de estímulos.
- Les sirven a los experimentadores de criba para nuevos fármacos.
- Sirven de sparring para nuevas armas, de probeta para nuevas (o no tan nuevas) sustancias, de medida de diferentes estímulos psicológicos.
En definitiva, la ciencia asume que los animales humanos y no humanos tenemos respuestas similares ante estímulos similares y que tenemos una fisiología suficientemente parecida como para que sus pruebas puedan ser justificables a los ojos de los “científicos”. Se asume que los demás animales también sienten, sufren, buscan el placer, pasan miedo, les duele cuando se les pega… en definitiva, que si se les causa dolor eso afecta al sujeto que tienen entre sus manos y pese a eso, pese a saber, ver, confirmar, que somos similares, siguen encarcelándolos, quemándolos, envenenándolos, apaleándolos… en nombre de la ciencia, de la estética, de la mejora de las armas…

Así, no existe un sufrimiento para los "humanos" y otro para los “demás animales", tan sólo existe el sufrimiento. La terrible experiencia del dolor, el estrés, la angustia y del miedo, resultan tan indeseables para unos como para otros. Por ello, el mismo grado de padecimiento ajeno debería tener por nuestra parte la misma consideración ética.Aceptar como más deseable el dolor de un ratón, que el de un ser humano, es tan injusto como aceptar lo mismo entre personas de diferente sexo, edad, estatus o raza. Podemos poner en práctica la discriminación que deseemos, pero cualquiera de ellas será injusta. Por ello, la salud y el bienestar individual es tan importante para nosotros como pueda serlo para un gato, un salmón, una paloma o una rana.
En todo ello está la base del especismo, por el que los intereses de los demás animales (aunque sean tan fundamentales como la vida, la libertad, el no sufrir…) son infravalorados frente a los de los animales humanos, simplemente porque no son de nuestra especie (discriminación similar a la que podría hacer un racista con los intereses de individuos de una raza o cultura diferente a la suya).

Pero, aún en el hipotético caso de una cierta eficacia de la experimentación con animales no humanos, estaríamos ante un mero intercambio de "dolor por dolor". Incluso el más entusiasta vivisector aceptará como válida la teoría de que, si queremos obtener datos realmente significativos para los humanos sobre una enfermedad concreta, deberemos estudiar los modelos más próximos a nosotros, por lo que si queremos “buena ciencia” lo ideal sería experimentar directamente con humanos (cosa que si se hace sin el consentimiento del sujeto implicado la propia sociedad ve como totalmente carente de ética). Las capacidades cognitivas de los individuos no son importantes a la hora de valorar si sus intereses merecen ser respetados. Si no utilizaríamos a un bebé humano, a un discapacitado cognitivo o a un enfermo de Alzheimer (humanos con una menor capacidad intelectual, similar en muchos casos a la de otras especies no humanas) en un experimento de abrasión dérmica por ejemplo, tampoco es ético hacerlo con conejos, ya que éstos tienen la misma capacidad de sentir (dolor, angustia, pánico, desasosiego, estrés…) que los humanos.
¿Son fiables para los humanos lo experimentos en animales?
¿A alguien en su sano juicio se le ocurriría tomar una medicina para ratas?. Pues bien, la experimentación con animales produce medicinas para ratas que después se nos dan a los humanos, y en unos casos funciona y en otras no. Intentar aplicar los resultados de un experimento con ratones a hombres es como decirnos que no hay diferencias relevantes entre los unos y lo otros. Es verdad que algunos avances importantes de la ciencia se han debido a la experimentación animal, pero hay que dejar claro que no se trata de resultados científicos, sino de juegos de azar... unas veces dan los resultados, esperados y otras veces producen tragedias masivas.Las variables que entran en juego en el desarrollo de una patología incluyen factores ambientales, sociales, y en gran medida individuales, de manera que ante una situación idéntica, los resultados son muy diferentes, cosa que ya sabíamos porque todos conocemos personas ancianas fumadoras que gozan de excelente salud, mientras otras fallecen de cáncer de pulmón en plena juventud. La mayoría de las pruebas consisten en recrear situaciones; las enfermedades que desarrollan los animales en los laboratorios son inoculadas por humanos deliberada y artificialmente a individuos en principio sanos, a pesar de que la dolencia original humana se desarrolló durante décadas en condiciones que nada tienen que ver con los modelos experimentales.

Hay una serie de factores por los que no podemos considerar estos experimentos como fiables para los humanos:
1. Primer factor de error: diferencias entre especies
Las diferencias entre seres enunciadas por Hipócrates se confirman incluso de madre a hijo, de un sexo a otro y, con más razón, de una especie a otra. Cada especie animal (e incluso cada individuo) posee un sistema inmunitario cuya función radica en la eliminación de posibles patógenos, células cancerígenas, etc. Esto implica que existe una susceptibilidad entre especies (o individuos) diferente frente a las infecciones por microorganismos (como ejemplo claro podemos recordar las miles de muertes que causaron los virus de los colonos españoles en los indígenas americanos, quienes no estaban inmunizados frente a la gripe).  Estas diferencias en el sistema inmunitario explican las reacciones de rechazo en los transplantes y, especialmente, en los xenotransplantes (entre diferentes especies). A pesar de los millones invertidos en la manipulación genética del sistema inmunitario de animales no humanos para crear transgénicos, y los experimentos consistentes en transplantar hígados de babuíno a cerdo, todos han acabado en fracaso. Determinados animales utilizados para la investigación toleran sustancias nocivas o mortales para el humano, pero mueren o enferman con las que son inofensivas para nosotros. Por ejemplo los gatos metabolizan tan lentamente la aspirina que les resulta muy tóxica, las ratas no sintetizan la vitamina C, la penicilina es mortal para las cobayas, pero éstas, al igual que los pollos y los monos, pueden consumir grandes dosis de estricnina que mata a los humanos. La digitalina, tan beneficiosa para los humanos enfermos del corazón, fue declarada tóxica en 1.911 a raíz de experimentos en animales no humanos; el cloroformo es tóxico para los perros; una dosis de atropina, suficiente para matar a un ser humano, es insuficiente para conejos y cabras. El arsénico no daña a las ovejas, pero las almendras pueden matar a zorros y pollos; la morfina anestesia y calma al ser humano, pero excita violentamente a gatos y a ratones, etc.
Estos ejemplos denotan la falta de fiabilidad y validez de los datos extraídos de diferentes especies animales, ya que en última instancia hacen del ser humano el sujeto experimental final. Las diferencias entre especies nos confunden y apartan del camino científicamente correcto a seguir para desarrollar fármacos adecuados y pueden llegar a que se lancen al mercado fármacos perjudiciales o letales para los humanos.

Para el doctor Vernon Coleman "Se realice la cantidad de experimentos que se realice,los auténticos conejillos de indias son las dos o tres generaciones de humanos que utilizan una nueva técnica o un nuevo medicamento".
Tampoco sirven las pruebas efectuadas con animales para buscar fármacos efectivos contra el cáncer o el SIDA. Los animales no humanos desarrollan cánceres muy diferentes a los de los humanos y reaccionan de manera muy distinta a los fármacos.

2. Segundo factor de error: mantenimiento y sufrimiento de los modelos
Los animales no humanos utilizados en la experimentación no pueden ser modelos fiables debido a las condiciones artificiales, tanto de su mantenimiento y cautiverio, como de las causas provocadas que los llevan a enfermar. En el laboratorio, los animales están privados de espacio, de luz natural, de vida social y son torturados, frecuentemente unos a la vista de los otros, de manera que los desequilibrios fisiológicos provocados por esta mezcla de ansiedad, dolor y terror necesariamente alteran de manera muy poco científica cualquier resultado obtenido por estos medios.

3. Tercer factor de error: artificialidad
Además de las condiciones artificiales de vida de los animales utilizados, ésta mal llamada cienciase empeña en recrear el fenómeno de la enfermedad, dejando la causa a un lado. Por ejemplo: la investigación contra el cáncer se basa principalmente en recrear el fenómeno tumoral para erradicarlo, pero no en investigar las causas o los factores predisponentes de la enfermedad, que volverá a manifestarse. De hecho, sólo en humanos existen más de 200 tipos de cáncer que afectan los diferentes órganos, tejidos y células, y el desarrollo de los carcinomas en las diferentes especies animales es distinto. Se intenta contagiar a animales sanos con las enfermedades que los humanos desarrollamos debido a factores genéticos, medioambientales, psicológicos, alimentarios o de comportamiento. Se añade a ello que se administran las sustancias en los animales no humanos de forma distinta a la que se realiza en los humanos (por ejemplo, la nicotina administrada a ratas de forma intravenosa, mientras que en los humanos es inhalada).
Por otro lado, a lo largo del tiempo, hemos ido interiorizando una serie de tópicos, conformando creencias que nos llevan más fácilmente a justificar los experimentos con animales no humanos.Algunas de ellas son:

Creencia nº1: Los demás animales son lo suficientemente parecidos al ser humano como para justificar la experimentación sobre ellos. Realidad científica: La palabra "parecido" en el mundo de la ciencia verdadera carece por completo de significado. Si te dijeran que en la habitación de al lado no hay oxígeno, sino un gas "muy parecido" al oxígeno, ¿te atreverías a entrar? Si necesitaras una transfusión sanguínea, y te dijeran que no disponen de sangre humana sino tan sólo de una sustancia "muy parecida" a la sangre humana, ¿la aceptarías? Si te dijera que mis números de la lotería son "muy parecidos" a los números ganadores, ¿me felicitarías?.

Creencia nº 2: Es posible inducir sobre un animal sano una enfermedad humana contraída normalmente (lo que los investigadores llaman "el modelo animal de la enfermedad humana"). Realidad científica: Esto es imposible por definición. Tratar de inducir enfermedades humanas espontáneas (contraídas naturalmente y que provienen del interior) en un organismo sano constituye la "investigación experimental". Es imposible hacer aparecer una enfermedad en un animal sano (al igual que en un ser humano sano) sencillamente porque al "crearla", es artificial y por tanto ya no es la enfermedad original, la que se contrae naturalmente. Evidentemente, "inducir" y "espontáneo" son términos contradictorios. Aunque en ocasiones sea posible inducir algunos de los síntomas de una enfermedad, nunca será la enfermedad en sí misma. La excepción a este hecho es el caso de las enfermedades infecciosas. Sin embargo, los animales no contraen enfermedades infecciosas humanas del mismo modo que nosotros no contraemos las suyas. Esta es la razón por la que los que practican la vivisección no pueden infectar ni un sólo animal con el virus del SIDA, a pesar de los esfuerzos realizados en la obtención de "un modelo animal de SIDA humano". Un animal no humano no puede contraer una enfermedad humana porque cada especie es una entidad bioquímica y biomecánica distinta.

Creencia nº 3: Es posible aprender la anatomía y fisiología humana a través del estudio de mamíferos, anfibios, peces y/o pájaros. Realidad científica: Los animales son distintos de los seres humanos y entre sí genética, histológica, anatómica, fisiológica, inmunológica, emocional, psicológica, sexual y socialmente. Es evidente que la medicina humana no puede estar basada en la medicina veterinaria.

Creencia n º 4: Es posible predecir las reacciones humanas a los medicamentos, vacunas y otras sustancias químicas probándolas sobre animales. Realidad científica: Los animales no humanos reaccionan a los medicamentos, vacunas y otras sustancias de manera diferente a las personas, y también entre ellos. Este es el motivo del incalculable daño para la salud humana causado por los productos farmacéuticos y las vacunas que han sido probados sobre otros animales.

Creencia n º5: La experimentación con animales es útil para aprender sobre sus enfermedades en las escuelas veterinarias. Realidad científica: No puede obtenerse ningún conocimiento sobre las enfermedades de los animales estudiando animales enfermados artificialmente (investigación experimental). Por las mismas razones que en la nº 2. De igual modo, para estudiar medicina no se enferma deliberadamente a humanos, ni se les causan lesiones o muerte para poder ver las reacciones a determinados tratamientos ni para estudiar su fisiología.


Por lo tanto, las mayores desventajas de la experimentación en animales no humanos son:

- Desde el punto de vista ético: el uso y consideración que se hace de los demás animales como herramientas para buscar el beneficio humano, sin tener en cuenta que al tener sistema nervioso también sienten dolor, miedo, estrés, placer, etc., y por lo tanto también tienen interés en vivir y disfrutar de sus vidas en libertad como los humanos. La discriminación en función de la especie (especismo) es una discriminación tan injusta y arbitraria como la discriminación en función de la raza o el sexo (racismo y sexismo), de tal modo que no es justo experimentar en otros individuos con capacidad de sentir que sean de una raza, sexo o especie distinta a la nuestra.
- Desde es punto de vista científico: este tipo de experimentación genera problemas de extrapolación entre especies, gastos y tiempo excesivos. Los centros de poder de la medicina oficial y de las todopoderosas corporaciones farmacéuticas difunden la idea de que el sufrimiento infringido a los animales es inevitable si queremos salvar vidas humanas y combatir enfermedades, del mismo modo que los nazis podían argumentar la experimentación de los judíos para ayudar a los humanos de raza aria. Se estima que un 3,5% del descenso de la mortalidad entre los años 1900-1990 fue debido a la introducción de vacunas y tratamientos farmacológicos que no fueron descubiertos gracias a la experimentación con animales no humanos . La Asociación Antiviviseccionista de Médicos Suiza defiende que no solo ningún adelanto de la medicina se produce gracias a la vivisección, sino que además esto retrasa el progreso médico, pues es un método anticientífico. Según esta agrupación, "los datos proporcionados por experimentos con animales son falsos, caóticos, no fidedignos y no se pueden extrapolar al animal humano ni a otros animales". Incluso una defensora de la vivisección como es la poderosa Asociación Médica Americana reconoce que "a menudo los estudios con animales provocan poco o nada, y es muy difícil trasladarlos a humanos".
Esto se debe principalmente a que las enfermedades provocadas en los laboratorios no tienen nada que ver con las que sufren los humanos y no humanos de forma natural. Las diferentes especies animales reaccionan de forma distinta ante las mismas substancias. Cientos de medicamentos no dieron señal de toxicidad en los test con animales y después fueron retiradas del mercado por causar la muerte o trastornos graves en miles de personas. Otros medicamentos como la penicilina nunca se habrían comercializado si se ensayaran con cobayas y otros animales, para los que es un veneno mortal en pequeñas dosis.

El estrés, la angustia y el miedo al que están sometidos los animales de laboratorio alteran sus reacciones, y de sus respuestas no se puede sacar ningún tipo de conclusión. Podría decirse que el objetivo de la ley no es la salud del paciente, sino los beneficios de los experimentos ya que con ellos la industria farmacéutica tiene cubiertas las espaldas frente a las demandas de pacientes intoxicados, pues sus productos pasaron por todos los controles legales. Los investigadores e instituciones siguen estando a nómina de la industria farmacéutica y los cazadores, traficantes y cuidadores de animales de laboratorio se siguen beneficiando.
Ningún avance científico es atribuible a los resultados de la experimentación en animales no humanos, sino a pesar de ellos y gracias a afortunadas coincidencias. La reducción de la mortalidad, el alargamiento de la esperanza de vida y la disminución y erradicación de algunas enfermedades que antes causaban estragos en nuestro medio (cólera, tifus, difteria, tuberculosis...) se deben a la mejora en la alimentación e higiene (alcantarillado, desinfección...) y a los análisis estadísticos y clínicos de la medicina preventiva y la epidemiología.

Así, cada vez son más las voces que se alzan contra estas prácticas, cuyos resultados son inciertos, confusos o desafortunados. Las atrocidades son de tal calibre que generalmente se mantienen ocultas a la opinión publica para evitar movimientos de protesta. Por otro lado, cada vez más científicos se han dado cuenta de que la experimentación con animales no humanos a menudo frena el avance de nuestra comprensión de las enfermedades de los humanos y su tratamiento. Por ejemplo, las pruebas con animales pueden dejar sin identificar algunos productos químicos que causan cáncer a las personas. En casos como en SIDA se encontrará una cura más deprisa si la experimentación se hace directamente sobre humanos voluntarios (y no hay escasez de voluntarios), ya que ¿porqué han de estar muriéndose personas por una enfermedad invariablemente fatal mientras se prueba una posible cura en animales que no suelen desarrollar SIDA?.

Una encuesta realizada en 1991 por esta asociación entre 500 profesionales de la medicina, dio como resultado que el 88% de ellos opinaba que este tipo de experimentos resultan confusos, debido a las diferencias anatómicas y fisiológicas entre los animales y los humanos.  "El 75% de los cánceres se presentan en la 2ª mitad de la vida, y un cierto número son debidos a que los productos testados sobre los animales y reconocidos como no tóxicos, a la larga resultan tóxicos para el ser humano". Claude Reims (prestidioso Biólogo francés). Cuando leemos informes de experimentos que causan dolor y ni siquiera parecen encaminados a producir resultados realmente significativos, tendemos a pensar en un primer momento que debe de haber alguna otra razón que no alcanzamos a comprender. Pero cuando profundizamos más en el tema lo que parece trivial en la superficie resulta ser realmente trivial.
Roger Ulrich, un investigador que escapó a su condicionamiento y reconoció que causó años de tortura a los animales no humanos, comentó: "Al inicio, mi investigación fue motivada por el deseo de comprender y ayudar a resolver el problema de la agresión humana, pero posteriormente descubrí que los resultados de mi trabajo no parecían justificar su continuación. Al contrario, empecé a preguntarme si quizá las prestaciones económicas, el prestigio profesional, la oportunidad de viajar, etc no serían los factores que me interesaran y nosotros, los miembros de la comunidad científica (patrocinados por nuestro sistema burocrático y legislativo), no seríamos en realidad parte del problema".

Este proceso se conoce como ceguera ética condicionada, pero no son sólo los experimentadores los que sufren esta ceguera. Las instituciones de investigación a menudo contestan a sus críticos diciéndoles que disponen de un veterinario para cuidar de los animales. Se supone que esto nos va a tranquilizar debido al mito de que todos los veterinarios son personas que quieren a los animales y no permiten que se les haga sufrir innecesariamente. Por desgracia muchas veces esto no es así. En estos casos los veterinarios ofrecen "cuidado rutinario" a los animales que sufren abuso “innecesario”. ¿Esta es la meta de la profesión veterinaria?.
"Ahora, cuando las nuevas investigaciones han permitido progresos reales y han demostrado ampliamente el carácter no científico de la vivisección, cabe preguntarse por qué la gente se empeña aún en utilizar animales en los laboratorios". Dr. L.Franken
¿Qué tipo de alternativas son usadas hoy en dia?
El sistema de cultivo de tejidos humanos se perfila como el principal medio al alcance de la ciencia para sustituir a los animales en los laboratorios, resultando más económico y fiable (al tratarse de tejidos humanos).
Hay métodos físico-químicos, modelos matemáticos y córneas de bancos de ojos.
El avance de la tecnología informática permite realizar predicciones por ordenador, un método de enseñanza menos cruento e igual de eficaz.
Se dispone de estudios de población - que tan buen resultado están dando en medicina preventiva - y de la observación directa de los pacientes por parte de sus médicos.
Hay múltiples bases de datos de pruebas ya hechas, y las compañías también pueden formular productos con el uso de ingredientes que ya han sido determinados como seguros.
Se trabaja también con el cultivo de bacterias (el test de Ames), y pruebas en voluntarios humanos con técnicas no invasivas: como RNM, TAC, TEP, etc...
Las autopsias son un método no suficientemente valorado, aunque mucha de la información que aportan no se puede obtener de otros modos.
Vigilancia tras el lanzamiento de un medicamento, podría parecer que la necesidad de tal estudio es obvia: En realidad, ésta no se está llevando a cabo con el rigor necesario, debido a la política de las compañías farmacéuticas y a la equivocada confianza en los experimentos en animales que éstas promueven.
Las pruebas específicas son:
Eytex es una prueba completamente in-vitro que mide la irritación del ojo a través de un sistema de alteración de proteínas. Una proteína vegetal del frijoles de jack imita la reacción de la córnea a una substancia extraña. (Esta opción es usada por Avon en vez de la cruel prueba de irritación del ojo Draize). Investigadores europeos han inventado seis nuevos ensayos farmacéuticos para medicamentos en los que se usarán células sanguíneas humanas en lugar de conejos, lo que permitirá salvar la vida cada año en la UE a 200.000 individuos de esta especie. El visto bueno de la UE a estas pruebas animará a las empresas a adoptarlas, garantizará la inocuidad y la calidad de los medicamentos y limitará el uso de animales no humanos en la investigación.

Skintex es un método in-vitro para estimar la irritación de la piel que usa la corteza de la calabaza para imitar la reacción de una sustancia extraña en la piel humana (Tanto Eytex como Skintex pueden medir 5.000 materiales diferentes).
EpiPack usa tejidos humanos clonados para analizar substancias potencialmente dañinas.
Neutral Red Bioassay consiste en células humanas cultivadas que son usadas para calcular la absorción de un tinte soluble en agua para medir la toxicidad relativa.
Testskin usa piel humana cultivada en una bolsa plástica estéril y puede ser usada para medir el grado de irritación, etc. (Este método es usado por Avon, Amway, y Estee Lauder).
Topkat es un programa de computadoras que mide la toxicidad, mutagenicidad, carcinogenicidad, y teratonogenicidad. (Este método es usado por las Fuerzas Armadas Estadounidenses, la Agencia de Protección Ambiental, y la Administración de Comida y Drogas).
Método de Difusión en Agarosa, que analiza la toxicidad de elementos plásticos y sintéticos usados en instrumentos médicos, como válvulas para el corazón, coyunturas artificiales, y líneas intravenosas.

Algunos de los avances conseguidos sin utilizar animales no humanos:
Procedimientos quirúrgicos: Extracción del apéndice, piedras renales, ovarios cancerosos, reparación de aneurismas cardíacos, etc.
Antibióticos
Anestésicos y analgésicos: Introducción del cloroformo, éter y muchos otros.
Distintos medicamentos: La introducción de las primeras medicinas efectivas contra la leucemia infantil, como el importante anticancerígeno metrotexato, elcromoglicato de sodio (tratamiento contra el asma), medicamentos de nitrito(para la angina de pecho), quinina (para la malaria), y muchas otras.
En contraste, la introducción de las transfusiones de sangre y de los transplantes de córnea sufrieron un retraso de 200 y 90 años respectivamente, debido a confusiones creadas por experimentos con animales no humanos. El desarrollo de alternativas a todas las pruebas de toxicidad costará tiempo, pero será posible. Mientras tanto, hay una manera simple de reducir la cantidad de sufrimiento causado en tales pruebas. Deberíamos conformarnos con carecer de toda sustancia nueva pero potencialmente peligrosa que no sea esencial para nuestra vida. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud reconoce como esenciales sólo unos 240 medicamentos, existen decenas de miles de ellos en el mercado mundial. Como técnicas alternativas libres de sufrimiento NO SE INCLUYEN LAS DE CULTIVO CELULAR, ya que no representan una forma de realizar investigación científica, médica y toxicológica sin el empleo de animales no humanos vivos. Varios animales han de ser asesinados para obtener las células. Además, para cultivar células, tejidos u órganos en un recipiente plástico, se les ha de proporcionar adecuadas condiciones de crecimiento, lo que se consigue añadiéndoles el medio de cultivo, a menudo combinado con suero fetal bovino. Para ello se ha de extraer sangre de bovinos no nacidos con una aguja de gran diámetro, que es introducida en el corazón latente del feto no anestesiado (procedimiento extremadamente doloroso). Posteriormente, el feto 'vacío' es tirado a la basura o triturado con el fin de garantizar que no será empleado para consumo humano.

El campo de la cosmética es el único no obligado por ley a testar sus productos en animales no humanos. Desgraciadamente aún hay miles de marcas que prefieren seguir perjudicando física y psicológicamente a los demás animales.

Existen sin embargo cientos de fabricantes de cosméticos y de productos del hogar (más de 500) que han rechazado las pruebas en las que se utilicen animales no humanos, para evitar que estos se vean perjudicados. La mayoría de estas compañías éticas con el resto de animales usan una combinación de métodos para garantizar la seguridad, tal como el mantenimiento de extensas bases de datos e información sobre ingredientes y fórmulas, el uso de pruebas in vitro, y de estudios clínicos de humanos.
¿Qué hacer individualmente? Los consumidores podemos apoyar esta iniciativa de varias formas:
Comprando productos que no estén testados en animales no humanos y que no contengan productos derivados de ellos (si las tiendas donde solemos comprar no los tienen podemos pedírselos para que se surtan de ellos y así facilitar la accesibilidad de estos productos).
Dejando de adquirir aquellos productos que contienen ingredientes de origen animal o que testan o experimentan sobre ellos
Pidiendo a las tiendas locales que se surtan de artículos que no hayan sido experimentados en animales no humanos, y que por supuesto no contengan ingredientes de origen animal
Instando a las agencias del gobierno y a las asociaciones comerciales a poner en práctica los métodos que no usan a los demás animales


Omití las imágenes, ya se imaginarán por qué.
http://www.semilladeliberacion.com/experimentacion.html#arriba

Aud

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